miércoles, 23 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD

Que horror, otro año que se acaba, otras Navidades.
Y yo me pregunto por qué pasa todo tan deprisa. Las horas deben de ser más cortas y los meses parecen que tengan solo quince días. En cuanto te descuidas ya ha venido otro recibo de la luz y el papelito de que te van a cortar el teléfono si no lo pagas el dia 25. En fin, que no hago nada y se me pasa el tiempo que no me entero. El lunes voy a una entrevista de trabajo, igual si trabajo duren más los días. Ojala, lo del trabajo y lo otro.
Ya llevo dos años con esto del blog y veo que he escrito muy poquito. Bueno hay rachas.
Y quiero aprovechar para felicitar las navidades y desear todo lo bueno para el 2010 a mis seguidores. Gracias a todos, Jorge, Andrés, Bea, Yoli, Nieves, Patricia, Belén, Cristina, Elena y sobre todo a Miguel, porque fue él quien me animó a meterme aquí. Gracias a todos me hace mucha ilusión que alguien me lea de vez en cuando.
Un beso y que seais muy felices.

jueves, 17 de diciembre de 2009

AHORA QUE NO ESTAS

Ahora que no estás voy a echarte de menos. La magia de la muerte hace que la memoria falle y que las cosas que dolían, duelan bastante menos. Contigo sí.
No pude estar a tu lado, pero estuve y sé que tú lo sabes.
Lo que hubo en un tiempo, aquello que murió antes que tú, parece renacido y confuso, porque tanto amor y tanto odio juntos no pueden desparecer en un momento. Permanecerá para siempre en mí.
Quizás no supimos querer, yo en mi tropeza y tú en tu locura. Lo cierto es que dos vidas se destruyeron para crear otras y por esas vidas te amaré toda la eternidad. Allí dónde estés. Descansa.

martes, 29 de septiembre de 2009

Más que cuando tenía

Ahora que no tengo nada, paradojas de la vida, tengo mucho más que antes. No sé si me refiero al dinero, al amor o a la suerte. Tengo más.
No se me ha dado nada bien, no he sido capaz de labrarme una vida, ni he sido capaz de encontrar un amor. No se me ha dado bien conservar el dinero ni los amigos. Soy como una especie rara de ermitaña del siglo XXI, a la que le gustan los hoteles de cinco estrellas y el fuá con Pedro Ximénez. A veces me confundo a mí misma entre la sencillez que aparento y la complicación que me mata por dentro, pero sigo. Y tengo mucho de todo. Puede que no lo podáis ver, seguro, pero por ahí hay cuatro sonrisas que me transportan al infinito. No me afecta que nos caiga un meteorito, como dice Andrés, ni que el mundo se acabe en el 2012 como dice Belén. No me importa casi nada ya, porque tengo de todo y no me cuesta perderlo. Se está bien cuando no se tiene nada material que perder. Eso te hace ser rica y poderosa viendo cuatro sonrisas. Y cuando se acabe el mundo las sonrisas montarán en cuatro caballos de luz y se irán al desierto a seguir iluminando la tierra, aunque yo lo haya perdido todo, incluso la vida. Gracias.

domingo, 6 de septiembre de 2009

LA MUERTE QUE UNO QUIERE

Dicen que nadie quiere morirse. No es cierto. Yo misma muchas veces quiero morirme, pero me lo impide el amor que siento por los demás. Hoy he sabido que una de las personas que más han influído en mi atracción por la muerte, se está muriendo. El se muere, yo sigo viviendo, aunque él me matara hace ya mucho tiempo.
Se ha ido muriendo la gente que me mató en vida, pero por desgracia eso no me hace vivir. Y la lástima es que el rencor no muera con ellos. Es el legado que dejan. Ni bienes dejaron, solo males. El odio, el miedo y la tristeza.
Maldita herencia. Tierra seca y vacía, dolor de no poder cosechar nada en ella. Pido a mis dioses que me dejen perdonar, a ver si así puedo ver crecer un atisbo de de esperanza entre tanta piedra.
A ti solo te deseo que mueras en paz, que no sufras más ni hagas sufrir más. A mi ya no puedes hacerme nada, ni tu muerte es un consuelo, porque para mí ya estabas muerto.
Besos Bea.

sábado, 15 de agosto de 2009

EL CALOR Y LA TRISTEZA

Hace tanto calor que la tristeza no se atreve a salir de casa.
Ella y yo nos resguardamos al airecillo artificial que nos consuela un poquito, pero que nos altera enormemente cuando vemos tan cercana la factura de la luz.
La tristeza y yo nos acostamos tarde para poder abrir las ventanas y que el calor se haya cansado de dar la lata y reviente para convertirse en noche más bien templada tirando a agobiante.
Pero la tristeza me envuelve en su manto frío, y aunque no lo logra del todo, intenta que duerma tranquila y fresquita.
Menos mal que la tengo a ella para enfriarme el corazón. Hace un poco más soportable este calor.

jueves, 23 de abril de 2009

TU

Pasa el tiempo y cada día me siento más débil, sin fuerza, ni ganas de seguir adelante. Pero aquí sigo.
Parece que la vida te puso en mi camino y yo no sé como apartar esta piedra que me impide avanzar. No sé siquiera si la piedra eres tú o soy yo.
El mundo sigue un camino sin sentido. No avanza tampoco. Se detiene en horrores y tragedias y, en algún punto, imagino que alguien será feliz. Supongo que hace tiempo, yo también soñé con ser feliz.
Entonces pensaba que la alegría se encontraba en las pequeñas cosas. Los momentos simples y frescos que hacían la existencia soportable.
Hoy ya no encuentro esos momentos. La vida se hace insoportable y sigo esperándote.
Cálida, amorosa y esquiva, como a una amante, que todavía no quiere venir al encuentro.
Me gustaría ir a buscarte, pero no. El tiempo es tuyo, y tú decides. Si yo decidiera sería un desastre.
Habría un cataclismo, y los que me rodean sufrirían. En esta guerra no va a haber daños colaterales.
Pero yo sueño contigo, nadie me lo puede impedir.
Sé que el día que te alcance, me colmarás. Habrá terminado la farsa. Podré respirar. El último suspiro será eterno.
Y tú serás para siempre.

jueves, 5 de febrero de 2009

DE TANTO ESCRIBIR

No me canso, lo mío es un poco un vicio. Me gusta escribir, aunque diga tonterías, aunque sea triste lo que escribo. Me gusta tanto que ahora me encuentro haciendo dos cursos por internet, uno de escritura creativa y otro de redacción y estilo.
La verdad es que es una experiencia fantástica. En cada curso tengo 15 compañeros y cada uno hacemos un trabajo cada semana sobre un tema concreto.
Es enriquecedor leer a quince personas distintas sobre un tema común. Somos todos tan diferentes. Nadie ha escrito nada ni parecido al lo que han escrito los demás.
Luego la profesora nos corrige, y yo de momento no he salido mal parada. Espero ir mejorando día a día.
A veces me agobio un poco, eso no es como esto. Aquí vas un poco por libre, cuentas sentimientos y vivencias, pero no tienes que contar historias.
Siento que fallo en la creación de personajes, pero me viene bien, porque ya está bien de mirarme el ombligo y ser yo siempre la protagonista.
Aunque si tengo que ser sincera todo esto lo hago porque me gustaría escribir mi vida.(Sigo mirándome el ombligo)
No es que piense que mi vida es especial, ha sido movidita, eso sí, pero me han pasado tantas cosas, que me gustaría poder dejarla escrita, aunque sea como terapia.
De momento tengo que inventar historias, y me cuesta, pero lo conseguiré.
Si hay alguna que de verdad merezca la pena, la colgaré en forma de post.
Y seguir, o empezar a escribir, y tratar de hacerlo cada día un poco mejor, me hace sentir más joven, y me hago la ilusión de tener una meta, aunque solo sea por amor propio.
Y creo que es suficiente

martes, 20 de enero de 2009

Los perros

Mi perro está enfermo. No sé que le pasa pero pierde proteínas por la orina, tiene la creatinina cuatro veces más alta de lo normal y parece que puede ser algo importante, como que tenga la uretra???? eptópica???? o algo así. El lunes le hacen una ecografía y a ver que sale. Le tengo que dar un pienso especial que me va a costar un ojo de la cara, pero es mi perro y le quiero y haré lo que haga falta.

Pero tengo otro problema. Mi perra. Mi perra Coca es obesa. Es una perrita negra de lanas, con mucho pelo por la cara y unos rizos enormes que le cuelgan por el cuerpo. Tiene las patitas muy finas, los ojos amarillos y muy mala leche. La rapé este verano y parecía un obús, ahora le ha crecido el pelo y parece una mesa camilla. Pobre, es fea, pero a veces pone una carita de dibujo animado de Disney que dan ganas de achucharla y no soltarla, lo malo es que no se deja, porque encima es un tanto arisca. Lo único que le gusta es jugar al fútbol. Es una experta, y pone la pata encima de la pelota y la sujeta para hacerte un regate al más puro estilo Raúl.
Como está tan gorda, tiene probabilidades de tener diabetes o algo peor, así que también tengo que darle un pienso especial.

A ver como me las apaño para que uno no se coma el pienso de la otra. Al contrario no hay problema.
Mi perro Chico es un Terranova de 40 kilos, es macho, gallito y dominante, así que es imposible que ella llegue ni a oler su comida, pero él siempre se come la de ella. No sé por qué está gorda, la pobre.

En fin, que esto de los perros es un problema. Pero se les quiere tanto.

Hoy me he reído mucho con mi hija. Se ha comprado un Yorkshiere (se escribe así?) que pesa medio kilo. Dice que le pesa tanto la cabeza que cuando come las patas traseras se levantan del suelo y se queda haciendo el pino. Qué cosas.

Para todos los que teneis perros un abrazo y como dice Moni, seguiremos liderando la manada.

martes, 13 de enero de 2009

Alegría

Dónde la he dejado? La he tenido alguna vez? Desde pequeña me decían que era una niña triste y he sido y soy una mujer triste.

Me gustaría saber que se siente siendo alegre, me gustaría reirme y ver la vida con optimismo, me gustaría sentir cosas que no siento.

Mis canciones son tristes, mis ojos son tristes.

Recuerdo días mágicos en los que me sentía libre, porque no había problemas y no tenía nada que hacer ni nadie a quién dar cuentas de lo que hacía. Han sido ráfagas de felicidad en los que no influía ninguna persona. Las personas siempre me han causado miedo.

A veces me río, como hoy con mi hija, y mi risa suena alegre. Yo siempre pienso que tengo la alegría escondida dentro y no encuentra salida.

Podría ser alegre, quiero serlo, lo intento y me fuerzo, saco a pasear mi humor corrosivo y me topo siempre con mi tristeza, tan afincada en mi que no sabe como marcharse.

Me dicen por ahí que escriba cosas más alegres, pero ¿cómo?.

Me pongo a escribir y para mi es un desahogo, la espita del gas de la insatisfacción, y sólo salen cosas tristes y patéticas pero que liberan el espíritu.

No hay demasiada alegría, pero me quedo tan agusto.........

lunes, 5 de enero de 2009

Por ellas

Estaba oscuro. La vida seguía y yo no tenía aire que respirar ni viento al que seguir.
La habitación era estrecha y fría y el miedo era como un cuchillo afilado que se metía en los huesos y los cercenaba y partía como un carnicero experto y hábil.
Había que seguir adelante, salir de la habitación y marchar. No por mí. Mi vida ya daba lo mismo, pero la de ella no. Tenía que salvarla y tenía que alejarla de él.
El roncaba, dormido por el alcohol, semiinconsciente. Pero aun así daba miedo.
Yo tenía entonces treinta y tres años y la mente y el cuerpo rotos.
Estaba tan paralizada por el terror que hubiera saltado por aquella ventana del séptimo piso para dejar de sufrir, o para despertar. Pero estaba ella. No había cumplido los dos años y era una mujercita fuerte y serena que me tomaba de la mano y me hacía caminar.
Me miraba con sus ojos, tan negros y brillantes, sin miedo, pero con tanta tristeza que sobrecogía.
Fue por ella.Y por ellas que no estaban conmigo, pero que vivían en mi corazón y en mi mente.Las echaba tanto de menos y las sentía tan perdidas.......


Me sobrepuse al terror y esperé toda la noche, sin dormir ni un segundo, a que amaneciera.

Él no era alto, estaba flaco, tan flaco y demacrado que llamaba la atención. Tenía los ojos muy hundidos y la frente muy ancha. Su pelo rizado fue casi albino en la niñez. Lo llevaba muy corto, estilo nazi, decía. A veces sí daba la impresión de que le faltaban las botas y la gorra para ser un alemán de película de guerra. Y ejercía de ello.
Su mayor afición era beber. Pero tenía muchas más aficiones.

Cuando le conocí no tenía más de dieciocho años. Entonces me engañó con su poder de seducción. Era simpático, contaba chistes como nadie y me hacía reír. Íbamos juntos a clase, compartíamos aficiones, tocábamos la guitarra y cantábamos juntos. Fuimos amigos casi cuatro años, novios un año y medio y nos amábamos tan locamente, que hasta pensamos en casarnos en secreto. Nos separábamos llorando por las noches y al llegar a casa escribíamos cada uno una carta para el otro.
Cartas tiernas y dulces, en las que nos decíamos y nos contábamos el futuro. “Te haré una cama de estrellas, y la luna será la cuna de nuestros hijos” “Te cuidaré toda la vida y nuestro amor será el más grande que haya sentido nadie” Cosas así, tan cursis y tan terribles miradas desde la lejanía del tiempo.

Ella dormía en su cuna. El sueño inquieto y débil. Y yo que no podía dormir me sentía ansiosa de que llegara la luz y él se fuera.
Y llegó la mañana. Mis ojos seguían abiertos, expectantes y temerosos de que él decidiera no ir a trabajar aquel día. Muchas veces pasaban estas cosas.
Por las noches bebía y bebía y al día siguiente no podía levantarse para ir al trabajo.
La verdad es que no trabajaba demasiado. En los nueve años que pasé con él, si me pongo a contar, no creo que llegara a los dos años completos.
Entonces tenía trabajo. Se levantó de la cama, le hice un café, le di un beso y abrí la puerta para que saliera.
-Adiós, que tengas un buen día.- mi voz sonó serena, mentirosa y ladina.

Cerré la puerta y supe que iba a ser la última vez.

No me llevé casi nada. El pijama de la niña, una muda para ella, otra para mí, el carrito, el chupete y poco más.

No tenía dinero. Ni una sola peseta. En mi casa el dinero se gastaba en vino.Bajé a la panadería y le pedí veinte duros a la panadera. Le dije que luego se los devolvía. Pobre mujer, tan buena ella y nunca se los devolví.
Tampoco era mucho, pero me salvó la vida.

Cogí el metro, con mi pequeña bolsa y mi gran niña. Mi niña que me sonreía y me decía “mamá” con su lengua de trapo. Y las dos como dos reinas libres, en un vagón de metro alejándonos de aquella casa y sin saber dónde ir. Sin dinero, sin futuro, sin ropa, sin comida, sin familia. Pero la tenía a ella. Y había que luchar.
La fortaleza a veces aparece cuando menos te la esperas.

No me costó demasiado que un antiguo compañero de trabajo me dejara dos mil pesetas. Ni siquiera le llamé. Me fui a su oficina directamente, y con aquella fuerza extraña que me daba mi hija pequeña le pedí el dinero sin vergüenza y sin remordimientos y sin hacerme la víctima.

Aquello parecía una cadena. Veinte duros, el metro, dos mil pesetas, el tren.
Un tren que me llevó a Sigüenza, a casa de mi única amiga.

sábado, 3 de enero de 2009

YA TE CONTARÉ

Te has quedado mosca. Lo comprendo.
Te podría decir "ya te contaré" pero es que no hay nada.
Me gustaría, la verdad, poder decírtelo. Contarte una historia excitante y secreta.
Me gustaría poder decirte que me he enamorado, y que alguien se ha enamorado de mi. ¡ Y yo con estas canas!
Me encantaría decirte que mi vida ya no es la aburrida senda que me ha tocado andar, que aunque llueva luce el sol, que los pajaritos cantan y las nubes se levantan.
¡Cuánto me gustaría contarte que soy feliz, que me guardes el secreto, que me ayudes a salir de esto!
Ojala tuviera que irme a tomar un café contigo, llorar un poco, y verte llorar a ti. Porque se que te dolería en el fondo.
Pero que va . Todo sigue para mi desgracia como siempre. Un poco muerta en vida, pero viviendo. Tú me entiendes, ¿a que sí?
Que puñetera vida, nos moriremos sin saber lo que es el amor. Y para eso, yo no tendré ni siquiera una aventura para alegrarme el cuerpo que buena falta me hace.
Así que guapa, no te mosquees. Cuando pase, tú serás de las primeras en saberlo. Y si pasa alégrate por mi, que después de todo ME LO MEREZCO