martes, 29 de septiembre de 2009

Más que cuando tenía

Ahora que no tengo nada, paradojas de la vida, tengo mucho más que antes. No sé si me refiero al dinero, al amor o a la suerte. Tengo más.
No se me ha dado nada bien, no he sido capaz de labrarme una vida, ni he sido capaz de encontrar un amor. No se me ha dado bien conservar el dinero ni los amigos. Soy como una especie rara de ermitaña del siglo XXI, a la que le gustan los hoteles de cinco estrellas y el fuá con Pedro Ximénez. A veces me confundo a mí misma entre la sencillez que aparento y la complicación que me mata por dentro, pero sigo. Y tengo mucho de todo. Puede que no lo podáis ver, seguro, pero por ahí hay cuatro sonrisas que me transportan al infinito. No me afecta que nos caiga un meteorito, como dice Andrés, ni que el mundo se acabe en el 2012 como dice Belén. No me importa casi nada ya, porque tengo de todo y no me cuesta perderlo. Se está bien cuando no se tiene nada material que perder. Eso te hace ser rica y poderosa viendo cuatro sonrisas. Y cuando se acabe el mundo las sonrisas montarán en cuatro caballos de luz y se irán al desierto a seguir iluminando la tierra, aunque yo lo haya perdido todo, incluso la vida. Gracias.

domingo, 6 de septiembre de 2009

LA MUERTE QUE UNO QUIERE

Dicen que nadie quiere morirse. No es cierto. Yo misma muchas veces quiero morirme, pero me lo impide el amor que siento por los demás. Hoy he sabido que una de las personas que más han influído en mi atracción por la muerte, se está muriendo. El se muere, yo sigo viviendo, aunque él me matara hace ya mucho tiempo.
Se ha ido muriendo la gente que me mató en vida, pero por desgracia eso no me hace vivir. Y la lástima es que el rencor no muera con ellos. Es el legado que dejan. Ni bienes dejaron, solo males. El odio, el miedo y la tristeza.
Maldita herencia. Tierra seca y vacía, dolor de no poder cosechar nada en ella. Pido a mis dioses que me dejen perdonar, a ver si así puedo ver crecer un atisbo de de esperanza entre tanta piedra.
A ti solo te deseo que mueras en paz, que no sufras más ni hagas sufrir más. A mi ya no puedes hacerme nada, ni tu muerte es un consuelo, porque para mí ya estabas muerto.
Besos Bea.