Es una foto preciosa. La luz de Venecia me ilumina la cara. El pelo largo al viento, el vestido blanco, la piel morena. Veinticuatro años y un marido recién estrenado.
En esa foto salgo sola, pero no estoy sola. Algo crece en mi vientre y va acaparando mis pensamientos y cambia mi cuerpo.
Estoy guapa, miro al infinito, parezco soñadora y feliz. Me cubre el velo de la puesta de sol.
Al otro lado de la cámara "instamatic" hay un hombre que dice que me quiere, pero no es verdad.
Detrás, lo importante está detrás.
Lo que se ve es sólo una imagen, un sueño, una irrealidad. Lo que se ve es bello. Pero resultó tan efímero......
No supe verlo. Cuando se apagó la luz de Venecia, el velo se rompió, y mi vida se rompió.
Tengo suerte de todos modos. Estoy viva.
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